
Suavemente tiembla la noche,
baja el murmullo de las iguanas
que multicolores bailan, alegres,
en el firmamento negro de hoy.
El corazón late al compás tibio,
del respirar de un verso blanco
que cuelga entre la mente fría,
del deseo de un beso tuyo.
Hormigas exploran tu epidermis,
estos dedos celosos arden
imaginando el recorrido aventurero,
entre tu boca y el mismo cielo.
Te poseen otras manos, y cuerpo;
el café esta cargado he hirviendo
tanto o igual que las ansias desnudas,
todo es verbos, miradas, -tiempos.-
La madrugada ha nacido sin rimas,
no la cubren las tildes, ni comas,
a merced del encanto tan fatuo
del calor de una entrega, un gemido.
Vero Gtz C.
México D.F./Dallas Tx
05/Julio/08
00:12
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