
Cuadro de Monet
Tabah
Caminaba Tabah, sobre el puente de la desolación, ¡llora, llora ! lagrimas que se confunden con la lluvia ambas resbalan hasta perecer en el húmedo asfalto, ella de pie prosigue hasta la mitad donde la confusión penetra sus pensamientos, ¡ quiere suicidarse ¡ - estaba en el lugar ideal; todo se tambalea, el puente desértico y Tabah implorando explicaciones a la eternidad.
Los rayos caen a lo lejos más el fuego le cala como si estos hubieran ido directo al fondo de su alma incinerándole el tuétano, - mal de amores- (se presume) que ella amaba a quién quizás sólo le quería... Pequeña con los rizos desechos cierra los ojos, lo fuerte de la tormenta los sella, en tanto los recuerdos sacuden sus emociones.
Tabah, internamente conversa con el " amor"; no, no tengo ojos verdes como el lirio ni como los pinos, tampoco azules como el cielo, son café como la arena que lastima, como el desierto que calcina cuando arde el sol, cuando quema el frió y mi piel no es blanca, ni morena sino intermedia, tengo un toque de locura y una pizca de razón más para ti ha sido poco y despreciaste mi corazón. Mis brazos son como las varas de los viejos árboles secos, tan secos que crujen con tan sólo pensarte.
Ella se abraza al fierro del puente y se estremece al recodar las caricias de ese amor lleno de canas que con tinte ella misma ocultaba, los nudos en la garganta, mientras repican las campanas del reloj que anuncian una nueva hora, una más para recapacitar, la lluvia cada vez más y más intensa .
Tabah se descalza y bebe agua de las nubes , que las gotas sean veneno- pero ni siquiera le saben a sal; el granizo martillea su cuerpo y ella atrapa uno entre sus manos en el se refleja el rostro de aquel amor segundero que se encuentra congelado en su mente, en su interior.
¡ Lánzate, lánzate ¡ le decía una voz ella no estaba drogada pero si enviciada de desolación y de pronto grito sí, ¡ Allá voy ¡ y se lanzó más en el viaje sintió como unos brazos de rama la sujetaron en tanto la besaba con unos besos dulcemente amargos, tanto que ya le sangraban los labios.
La noche ya se había ido el día apenas clareaba cuando se escucho un estruendoso grito ¡ Ahhhhhhhhhh ¡ la madre de ella en plena histeria gritaba y la sacudía, Tabah, Tabah, no , no por Dios, ¿ que has hecho?
Tabah, la mira diciendo me has despertado en el momento exacto en que me estaba suicidando por un mal amor...En fin creo que así fue mejor porque en el asfalto hubiera quedado el odioso rojo de mi sangre mezclándose con la basura que me abandono.
Veró Gtz C.
230706
18:35
No hay comentarios:
Publicar un comentario