Reflejo a tu visita

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Ahora estarás entrando a Un reflejo interno, donde encontraras, escritos de inspiraciones y vivencias.

Esté reflejo que comparto con tu mirar sólo tiene el objetivo de introducirte a mi mundo en el cual simplemente soy alguien que intenta que su "poesía" madure para llegar a ser un aprendiz de Poeta.

En estos reflejos internos encontraras poesía dedicada de manera personal, pues considero que cuando se hace esto el autor deja de ser sólo letras y se convierte verdaderamente en "Ser humano".

Sin mas agradeciendo tu visita reafirmando lo anterior digo que "Las letras no cubren, DESCUBREN." Previo al 2006 escribia como Sumac Urpy.

miércoles, 2 de julio de 2008

Me encanta una Mujer.





Me encanta una Mujer.

Digamos que esta historia será aburrida pues se sitúa en un lugar “X”, en un tiempo “Y” junto a un año sin importancia.

Un domingo por la mañana mientras la mayoría esta en actividades eclesiásticas o aún durmiendo, allá en el hospital se escuchan pujidos y de repente un sonoro llorido, el galeno grita fue niño, le avisan a don Andrés el cual gallardamente dice “Asi tenia que ser” siempre para mantener la dinastía, la alcurnia y sonríe.

Doña Margarita fatigada por el esfuerzo besa a su hijo y murmura un te quiero, mientras se queda profundamente dormida al igual que el pequeño naciente... Al cual dan por nombre Michel.

Michel, crece entre reglas sociales bastante rígidas, es un niño menudito con cabellos rizados y piel blanca como si el sol nunca le hubiera tocado ni siquiera por encima del alma, ya tiene 10 años y don Andrés prontamente en una comida familiar platica que esta ante la disyuntiva de mandarlo al Seminario o a la escuela militar, pues Michel en si es algo raro, no tiene amigos tampoco juega se la vive pendiente de la biblioteca y de la limpieza de su habitación, no es alumno brillante pero al menos no da motivos de quejas

La casa donde vive Michel, es grande extensa habitaciones blancas con techos altos y con tejas coloradas digamos que son grandes hectáreas pues ahí tienen caballos y becerros para las tardeadas, arboles frutales y hasta telebrejos, un cuarto donde se guardan todos los recuerdos y frente a este un columpio, hecho de un neumático. (Ahí pasa todas las tardes y entradas noches) como si en ese lugar dejara volar sus deseos y su imaginación.


Michel, por si solo decide entrar a la milicia, pues eso del sacerdocio lejos de no gustarle lo aburría, santos por aquí santos por allá y ¿ las blasfemias donde quedaran? Como hijo de pudientes no era mal hablado, pero en pensamientos era un desgraciado.

Alto, gallardo y tan parecido a don Andrés, se destacaba en el regimiento por ser claro, silencioso y con un carácter que no lo aguantaba ni el mismo diablo, siempre mirando los reflejos como si se viera él mismo o buscara algo que hubiese pedido antes de nacer, con pocos amigos digamos que ninguno pues no era de su agrado hablar de valores, de viajes o caballos.

Michel ya todo un militar decide volver a casa a tomar unas merecidas vacaciones, tenia casi 10 años que no lo hacia además doña Margarita ya estaba enferma y don Andrés viejo acabado y tan amargado que era mejor darle por su lado.

Pasaron los meses y una noche para celebrar los 30 de Michel se hizo una cena de gala la sociedad del pueblo iría a festejar, hasta su hermana con hijos aun criando asistiría a la eventualidad, un banquete raro pues había de todo; chicharrón, frijoles, Mole, carnero, todo aquello para el más humilde o exigente paladar y ¡ claro ¡ el vino, tequila, mezcal, vodka étc no podían faltar.

Llegó el primer brindis, por Michel, otro por sus años, y por la familia estaban todos tan borrachos que brindaban hasta por los muertos revolucionarios, don Andrés borracho, pero sin perder la propiedad le dijo a su hijo que este era el último año que le festejaría sin que él tuviera de menos esposa, que ya había pensado y quería tener por parte de él (Michel) 4 o 5 nietos, todo era algarabía y jolgorio reían y reían mientras los demás gritaban, si que se case con Daniela Ovando, o con la hija potentada soberbia y mimada de los Corcuera y de los Santos, o con la sumisa y nada agraciada de los Limantour, Michel escuchaba un tanto nervioso si decir palabra, es mas como buen militar ni el ceño fruncía, más en sus pensamientos blasfemias iban y venían.

Ya muy de madrugada don Andrés grito, ya Michel con un carambas, di algo hombre ¿ a cual de esas Damas te gustaría darle tu nombre? Y él ávido contesto a ninguna padre, no son de mi predilección, don Andrés más enfurecido por los tragos que por la contestación le dio una bofetada y dijo a mi no me contestas asi, pues soy tu Padre, viejo s,i pero aun lo soy, y en mi casa se hace lo que ordeno yo.

Michel se disculpo y un tanto contrario deprisa a su habitación subió, se hizo un silencio en el piso como si la música hubiese salido a danzar a la terraza, Andrés seguía enojado gritando y gritando nada lo calmaba y doña Margarita, cada vez más mortificada, por fin don Andrés clamo “Anda Michel baja a tu festín o es que dime ¿ eres mariquita? ¿ No te gustan las mujeres? O porque te enojas sólo porque quiero que seas ya todo un hombre.

En eso la puerta de la habitación de Michel se abrió este recorrió unos pasos, venia tan cambiado, pestañas postizas, labios carminados, un vestido blanco, zapatos extraños ya desesperado a media escalera se paro y dijo, oigan todos, mírenme y no lo hagan raro, he de contestarles; si, me gustan las mujeres, y en especial una:

Me fascina, me encanta una mujer, esa mujer soy yo.

Vero Gtz. C.
Mexico D.F.
29/4/7

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